Y desde un principio se proclama
la reunión para que nazcan las almas.
el llamado juicio de la existencia,
el oscurecimiento de la Tierra.
[...]
Y las más ociosas se dan la vuelta
para observar de nuevo el sacrificio
de las que por alguna buena causa
abandonarán de buen grado el Paraíso.
[…]
Y sólo es elegido quien desea,
habiendo escuchado la vida que le espera
allí en la tierra, lo bueno y lo malo,
sin ninguna sombra de duda.
[…]
Tampoco falta entre la multitud
un espíritu dispuesto a enfrentarse,
heroico por su indefensión,
a la enormidad de la Tierra.
[…]
Pero al final siempre habla Dios:
“Un pensamiento en la agonía de la lucha
podría tener el más valiente por amigo,
el recuerdo de que escogió la vida;
pero el destino puro al que te abocas
no admite el recuerdo de la elección,
o de otro modo no sería terrenal la congoja
a la que das tu consentimiento”
Y así, la decisión debe volver a tomarse,
aunque la decisión final sea la misma;
y el sobrecogimiento eclipsa al asombro,
y por toda aclamación se hace el silencio.
Y Dios ha tomado una flor de oro
y la ha roto, y de ella ha extraído
el lazo místico para liga y unir
el espíritu y la materia hasta que llegue la muerte.
Y la esencia de la vida,
pese a nuestras muchas decisiones, carecer
del claro recuerdo duradero,
de que la existencia nos depara
sólo lo que de algún modo escogimos;
y así nos vemos despojados de orgullo
en este sufrimiento con un único final,
y lo soportamos abatidos y desconcertados.
Robert Frost
Fragmentos de “El juicio de la existencia”
la reunión para que nazcan las almas.
el llamado juicio de la existencia,
el oscurecimiento de la Tierra.
[...]
Y las más ociosas se dan la vuelta
para observar de nuevo el sacrificio
de las que por alguna buena causa
abandonarán de buen grado el Paraíso.
[…]
Y sólo es elegido quien desea,
habiendo escuchado la vida que le espera
allí en la tierra, lo bueno y lo malo,
sin ninguna sombra de duda.
[…]
Tampoco falta entre la multitud
un espíritu dispuesto a enfrentarse,
heroico por su indefensión,
a la enormidad de la Tierra.
[…]
Pero al final siempre habla Dios:
“Un pensamiento en la agonía de la lucha
podría tener el más valiente por amigo,
el recuerdo de que escogió la vida;
pero el destino puro al que te abocas
no admite el recuerdo de la elección,
o de otro modo no sería terrenal la congoja
a la que das tu consentimiento”
Y así, la decisión debe volver a tomarse,
aunque la decisión final sea la misma;
y el sobrecogimiento eclipsa al asombro,
y por toda aclamación se hace el silencio.
Y Dios ha tomado una flor de oro
y la ha roto, y de ella ha extraído
el lazo místico para liga y unir
el espíritu y la materia hasta que llegue la muerte.
Y la esencia de la vida,
pese a nuestras muchas decisiones, carecer
del claro recuerdo duradero,
de que la existencia nos depara
sólo lo que de algún modo escogimos;
y así nos vemos despojados de orgullo
en este sufrimiento con un único final,
y lo soportamos abatidos y desconcertados.
Robert Frost
Fragmentos de “El juicio de la existencia”
Muchos años
tardé en poder llegar a entender que todo el sufrimiento por el que estaba
pasando era algo que yo había elegido. Un prueba que yo había de superar para
poder evolucionar hacia una conciencia superior. “A grandes almas, grandes
pruebas” Todos nos llegamos a encariñar con nuestros sufrimientos, como si el
sufrimiento en si fuera la respuesta. Ese sufrimiento es sólo un túnel oscuro
por el que se ha de pasar. Tan oscuro que en ocasiones sólo piensas en
abandonar, en dejar de sufrir, en dejar de existir para liberarte de el. Si no
consigues pasar el túnel y decides marcharte, volverás de nuevo aquí, para que
consigas llegar a donde tú elegiste. Si consigues pasar el túnel, entonces
aparece la luz, aparece el como y el por qué de todo lo acontecido y es
entonces cuando comprendes.
Hay demasiada
información tergiversada respecto a todas las religiones. Muchos hombres han
confundido las enseñanzas trasmitidas, no recordaron a que vinieron y
aparecieron las debilidades humanas, en vez de la conciencia superior. Por esto
se dice tan a menudo que comprenderás a través del sufrimiento. Una persona que
ha sufrido, no deseará nunca bajo ningún concepto que haya sufrimiento en su
entorno, y si lo hay hará todo lo que esté en sus manos para poder paliarlo, y
por supuesto no usará la violencia gratuita, ni soliviantará los ánimos,
envenenando a las personas con ideologías o proclamas o proselitismos de ningún
tipo. Cumple con su misión, la que haya reconocido como propia, la que tiene
que cumplir, sin importar los obstáculos, sabe que todo es para el bien común.
No ambiciona reconocimientos, ni honores, sólo transmitir aquello que tiene la
certeza de conocer, he intentará hacer comprender a los demás ese conocimiento,
ardua tarea, más no le importa, es lo que tiene que hacer. Respetará cualquier
forma de vida, y comprenderá las debilidades humanas, haciendo lo que considere
oportuno respecto a ellas. Hay personas aviesas que han evolucionado a la
inversa, y si es necesario se enfrentará a ellas, mas será ella misma, no
inducirá al fanatismo, ni utilizará las palabras para que otros cumplan con lo
que ella a elegido. Dejará siempre libertad de elección al otro, aunque sepa de
su confusión y ofuscación, pues entiende que ha de tropezar para comprender y
si no es así, acepta que ha de seguir su camino. No lo desamparará, pero
tampoco lo arropará en exceso, pues comprende que de este modo, el otro no
logrará conocer su potencial para encontrar su camino y misión aquí. Muchos se
van, muchos sufren, muchos se confunden, mas siempre hay un propósito mayor,
que comprende más allá de nuestro limitado entendimiento carnal.
Una vez
comprendido esto, todo comienza a transformarse alrededor. Todo fluye en
armonía con tus pensamientos, pues estos ya están libres de dolor y
sufrimiento, y la mente es nuestra servidora, porque hay entrega al bien común.
No se te abandona, van apareciendo indicadores de aquello que es correcto, pero
también comprendes que si alguien no ha evolucionado de la misma manera, has de
dejarlo ir, es su libre albedrío, no el tuyo el que ha de primar. Por lo tanto
desaparece el control y el afán de poder y de manipulación. Todo fluye en
armonía con el universo, ese que es sabio y que yo entiendo como la esencia de
Dios.
http://pensamientoliberado.blogspot.com/2008/11/grandes-almas-grandes-pruebas.html